Ayer en la noche dejó de acompañarnos en este mundo D. Flory, abuelita de uno de mis mejores amigos.
Lleno de pesar, y por supuesto de lágrimas en los ojos, siento la necesidad de reflexionar sobre este hecho.
Primero debo decir que pese a que no nos une un vínculo de sangre, D. Flory se ganó con creses todo mi cariño y amistad. Recuerdo desde mi época de colegio cuando era recibido en su casa como a un miembro más de su familia, entre sus atenciones, deliciosa comida y chineos, toda una generación de amigos, fuimos favorecidos con verdadero amor de abuela.
Pensar hoy en D. Flory, es pensar solo en cosas buenas. Lo que empezó hace ya más de 20 años, se convirtió en parte de mi vida. Siempre recordó mi cumpleaños, siempre tuvo para mi más que cariño. Siempre que nos encontramos tuve un abrazo de esos que te llegan a lo más profundo. Sé que hubo momentos de su vida en que me tuvo en sus oraciones y que sus buenos deseos provocaron el bien en mi vida.
A mi madre y a mi padre los tuvo siempre presentes por eso MUCHAS GRACIAS, ellos le guardan el mismo inmenso gran cariño que muchas otras personas que hoy acompañamos en el dolor a su familia.
Hoy no quiero pensar que ella ya no está con nosotros, hoy quiero tener presentes cada uno de esos hermosos momentos compartidos con ella, quiero pensar en la dicha que tuve de conocerla y en cada momento que se me permitió gozar de su compañía.
Hoy pienso en la señora que me enseño lo deliciosa que es la ensalada de chirulitos, la que me guardo un queque de chocolate y la que me acompañó, junto a su nieto en todas nuestras graduaciones!!!
D. Flory usted cumplió con la mejor de las misiones en la vida, lleno su alrededor de mucho amor y cariño a todos sus semejantes.
miércoles, 19 de septiembre de 2007
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