jueves, 30 de agosto de 2007

La Regla de Tres

Como buen “Mae”, alguna que otra vez he tenido, la más que popular fantasía de estar con dos mujeres a la vez en la cama, es más me he dado cuenta que esta fantasía también es compartida con algunas mujeres queriendo estar con dos “Maes” a la vez en la cama, es decir el sueño se está popularizando.

Conforme más dialogo con conocidos respecto de este tema, me voy dando cuenta que para el caso del hombre tal sueño no es más que una posibilidad a la que algunos sólo tienen acceso pagando. En cambio en el caso de las mujeres no es nada más de proponer y habrá más de un interesado en participar en tan singular encuentro.

Aumentando aún más mi curiosidad, me he dado a la tarea de observar en nuestra sociedad como las mujeres día con día salen en pareja, pero no con el “Mae”, sino con la amiga. En la mayoría de los bares josefinos, me imagino que de manera planeada, las mujeres han ido descubriendo cómo para un hombre el ver dos mujeres solas en un bar representa una posibilidad de materializar su fantasía. Yo siempre he dicho en esto las mujeres son mucho más listas que nosotros los hombres- Mentira que creo que lo hagan porque sale en Wild on-.

¿Qué será lo que está moviendo a las personas a ampliar el ámbito de sexo y pasión al que se puede tener acceso en sus relaciones personales?

Jugando de sicólogo creo que está situación tan interesante no es más que la materialización de un deseo del inconsciente. Para el caso del hombre asociado a un instinto de procrear y mantener la línea de sangre, para la mujer un deseo de protección.

Jugando de degenerado diría que como con una es rico con dos puede serlo más.

Como esto es un asunto de contradicciones, si le preguntamos a estas personas amantes de los tanates en la cama, si estarían dispuestas a que sus parejas estables participaran con ellos en estas situaciones, surge el tema del egoísmo natural del ser humano. En estos encuentros, cuando los sentidos de pertenecía sobresalen, se nos sale lo moralistas y el encuentro riquísimo toma otra connotación, porque ya no se trata del placer personal el que está en juego, sino el de la “pareja”. Es decir esto gusta cuando son lancesillos espurios y no frecuentes, no cuando el asunto se quiere para algo duradero, entonces en donde quedó el origen de lo que queríamos?

Creo que la regla de tres debe ser tratada con cuidado, porque a pesar de que los gustos y preferencias nos lleven a fantasear, el ser humano es uno de los animales que subió al Arca en pareja y en estos temas, que cada día se vuelven más cotidianos, debe existir una línea a la que sólo se deba llegar cuando se haya aprendido a sumar y restar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Jugando de sicólogo creo que está situación tan interesante no es más que la materialización de un deseo del inconsciente. Para el caso del hombre asociado a un instinto de procrear y mantener la línea de sangre, para la mujer un deseo de protección."... No me caso con esta hablada, visto es que sicólogo no eres.
La regla de tres... en el sexo... se practica porque si, porque es rico, porque nuestro morbo y fantasía coinciden, nada tiene que ver con "protección" de parte de la femina, ni menos con "instinto de procrear o mantener línea de sangre"... eso es basura. Y si no por qué entonces sea en regla de tres o de dos de montón, siempre la mujer y el hombre nos estamos tratando de "proteger", pero de una enfermedad o un embarazo? no lo crees?

Anónimo dijo...

¿Estimado chacal hablas de protección de la picha o del corazón? Tal vez sea efectivamente un asunto de protección.

Me siento como Tina Ferrary respondiendo a Timy en Glow!!!